La cuarta edición del Margarita Festival Salsa arrancó con muy buen pie. Los cambios en la agenda original del evento, fueron producto de la ausencia de la orquesta "San Juan Habana", la cual -según supimos tras bastidores- "el gobierno no le permitió la entrada a nuestro país".

Pero esta nota discordante fue superada rápidamente, "El Tigre" Rafael, como maestro de ceremonia, comenzó haciendo la presentación de Frank y su Orquesta, una agrupación local que realmente sorprendió al auditorio pese a que no es la primera vez que participa en el festival. Sin duda, está entre las mejores agrupaciones de la Isla de Margarita, se trata de una banda integrada por 14 músicos: piano, bajo, 2 saxos, 2 trombones, trompeta, timbal, congas, bongo, percusión menor y 2 vocalistas de primera: Cindy e Ibraim Díaz. La orquestación realmente impecable, de verdad, una gratísima sorpresa.

Ibraim Díaz, a quien ya había escuchado en un par de oportunidades, interpretó con mucho swing varios éxitos de Gilberto Santarrosa y cerró su actuación con un tema que popularizara el inmortal Hector Lavoe, "Mi Gente". Ibraim se ganó el aplauso de público.

Luego Cindy subió al escenario para interpretar con una magnífica voz, varios temas del repertorio de la inolvidable Celia Cruz. En particular, lució un mundo con el "Yerberito moderno", "Una sopita en botella" y "Quimbara".

Ya habiendo calentado motores -y de que forma!- le correspondió el turno a Gerardo Rosales. Luego de su muy exitosa incursión en los escenarios europeos, Gerardo Rosales se convirtió en la bujía para armar la Venezuelan Master, una agrupación que surgió para exponer el talento nacional en el viejo continente. Después de varias giras por esas lejanas tierras, los tenemos ahora en nuestro patio.

La orquesta es sencillamente fabulosa. Con la dirección musical del veterano bajista Rafael Gonzalez y la participación estelar del maestro Gerardo Rosales frente a las congas, tuvimos el debut en la salsa de la pianista clásica Prisca Dávila, ampliamente conocida en el mundo del jazz nacional. La otra estrella en el escenario fue el excelente compositor, músico y cantante Mauricio Silva, quien no necesita presentación. Además de Mauricio, el publico pudo disfrutar de otros tres cantantes de postín: Nelson Arrieta, artista de reconocido talento en el mundo gaitero (Guaco); Cheo Valenzuela, con un estilo similar al del gran Adalberto Santiago y Marcial Isturiz, quien demostró su condición de sonero y su manejo escénico.

Completaron el cartel Carlos Padron (timbal), Nelson Aranda (bongo), Nicole (trombon), Cheo Rodriguez y Rafael Rey (trompeta).

El tema "Un buen rumbero" sirvió para demostrar la versatilidad de los músicos. De pronto, Prisca Dávila -pasa a los coros e incluso canta sola en otra oportunidad- y deja el piano en manos de Maurcio Silva, quien a su vez luego lo deja a Marcial Isturiz para tomar de nuevo su trombon. Que Mauricio Silva haya interpretado el piano con maestría no es ninguna novedad pero seguramente para muchos de los que conocemos a Marcial Isturiz desde hace algún tiempo, no dejó de sorprendernos verlo actuar con tanta solvencia detrás de "las blancas y las negras". También Gerardo Rosales cambió sus congas por el bongo de Nelson Aranda, quien después agarro las baquetas para brindar un espectacular solo de timbal. Lo inesperado fue que subiera a la tarima -nada mas y nada menos que- Jhonny Sedes, el celebre músico, compositor y arreglista, residenciado en Puerto Rico, quien estaba como un espectador mas entre el público. Subió a cantar un tema cuyos arreglos él hiciera en la capital puerto riqueña para el venezolano, Orlando Jose Castillo -"El Watusi"- y me refiero a "Barlovento".

Escuchar esa noche primero a la margariteña "Frank y su Orquesta" y luego a "Gerardo Rosales y su Venezuelan Master", fue tremendamente gratificante pues era la clara muestra del inmenso talento nacional que tenemos y que muchas veces no es reconocido.

Ya así, llegamos al plato fuerte de la noche, Jimmy Bosh de New York con su propia banda, la cual incluye un vocalista extraordinario, con registros altos y un soneo muy fluido, se trata de Willito Otero, puerto riqueño de apenas 25 años que dará mucho que hablar en estas lides.
Además, tuvimos la participación espontánea Cheo Linares y como abre boca a lo que vendría, rompiendo también el protocolo, subió igualmente Julio López: uno de los tres vocalistas de la Orquesta de Bobby Valentín y cuya presentación esta prevista para el dia siguiente.

En su repertorio de Jimmy Bosh incluyó el tema "Maracayero", el cual le recuerda el concierto que diera en la capital aragueña y constituye su "tributo personal a Venezuela", país que lo ha cautivado por completo.

Jimmy comenzó su concierto de esta noche con temas livianos y fue subiendo la temperatura hasta terminar con "salsa brava", dura, al mejor estilo newyorquino.

Eso era lo que se esperaba de su actuación. Jimmy atrapó a la audiencia y demostró porque es uno de los mejores trombones en el género. Pero sin duda que uno de los momentos estelares de la noche fue un solo de trombon compartido entre el maestro Jimmy Bosh y otro maestro, uno de los nuestros: Mauricio Silva. Un "mano a mano" sencillamente espectacular, el publico eufórico disfrutó de mas de 15 minutos de improvisaciones de altísima calidad sonora e inmensa creatividad.

Termina el concierto a muy altas horas de la madrugada pero el publico pedía con insistencia "otra, otra". Fue entonces cuando Jairo Cuba -el productor del evento y héroe anónimo de la jornada- anunció que Jimmy Bosh "ha sido secuestrado" y lo tendremos nuevamente en la tarima en algún momento durante estos tres días de festival.


Por Richard Casanova