Orlando Poleo, célebre percusionista de desempeño internacional, fue invitado el martes a la escuela municipal de música de la comuna de Saint-Cyr-sur Loire poco antes del concierto que daba con motivo del aniversario de los diez años del festival “Percu-Tours”. Orlando Poleo es considerado uno de los mejores músicos en el jazz latino a nivel mundial.

Sylvain Fabre, profesor de percusión en la escuela, que conoce a Poleo y ha sido su alumno, había pedido que la sala de percusiones llevará el nombre del célebre músico.

Un gran día para los alumnos de Sylvain, que pudieron escuchar y conocer al maestro, e incluso, para algunos de ellos, poder tocar a su lado, antes que se descubriera la placa conmemorativa.

“Esta hermosa sala se merecía llevar el nombre de un gran artista vivo”, dijo Jean-Yves Couteau, encargado de la cultura para la municipalidad.

Anunció así mismo que el día de la fiesta de la música se darían los conciertos en el lugar y que el proyecto de construcción del Auditorio estaba en camino.

Conociendo a Orlando Poleo

Orlando Poleo nació en Caracas, Venezuela, donde comenzó su formación musical con el conocido profesor Julio Méndez.
Pronto atrajo la atención y se convirtió en uno de los mejores y más solicitados percusionistas de Venezuela.
Estudió percusión afro-venezolana con el maestro Miguel Urbina y registrada posteriormente y pasó a acompañar a muchos famosos artistas nacionales e internacionales. Él también enseñó en varias escuelas de percusión en Venezuela.
En 1991 Orlando es invitado a trabajar en París, donde se encuentra gran cantidad de oportunidades profesionales que en consecuencia, pasó su tiempo entre Caracas y París. Él hace su talento a disposición de los mejores artistas latinos de París y de la escena latina y el jazz grandes nombres de gira en Francia.
En 1995 graba su primer álbum "Cimarroneando" en Caracas.
De vuelta en París, Orlando comienza a jugar en todos los famosos clubs de jazz de París usando 8 músicos entre los mejores artistas de la escena de la música Latina de París.

Orlando López